lunes, 21 de marzo de 2016

Haz el bien sin mirar a quien.



 Gálatas 6:7--10 No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.

 No nos cansemos, pues, de hacer el bien. Gálatas 6:9
 July, de 10 años, sale corriendo hacia la casa de junto cuando empiezan los relámpagos y truenos. Sabe que la ancianita que vive sola le tiene pavor a las tormentas eléctricas. Por eso, va a acompañarla y distraerla hasta que pase el mal tiempo. No lo hace porque su mamá le haya dicho que lo hiciera sino porque nota que eso  ayuda a la ancianita.


 Miguel, de 12 años, es tutor de lectura de chicos de segundo grado. Es un requisito escolar, pero para él es mucho más. Ha visto cómo dos de sus chicos han mejorado en la lectura. De pronto, ¡leen y  entienden lo que leen!


 ¿Estás buscando una manera excelente de compartir a Cristo con el mundo? Hay una manera sencilla de empezar que probablemente no te hará tener un ataque de nervios: Haz el bien sin mirar a quien.


 A lo largo de la Biblia encontramos enseñanzas acerca de hacer a otros lo que es correcto y bueno:


 • "Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación" (Romanos 15:2).
 • "Mientras tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos, y en especial a los de la familia de la fe" (Gálatas 6:10).
 • "No os canséis de hacer el bien" (2 Tesalonicenses 3:13).
 • "No nos cansemos, pues, de hacer el bien" (Gálatas 6:9).


 Cuando hacemos algo bueno por otra persona, le damos la oportunidad de ver al Salvador en nosotros.
 El hecho de que estamos trabajando para otra persona no significa que podemos hacerlo a medias. Los demás ven a Dios obrando a través de nosotros cuando hacemos lo bueno. Ellos también ven a Dios en nosotros cuando aprovechamos cada  situación como una oportunidad de dar lo mejor de nosotros mismos. Por ejemplo, Pablo desafió a los creyentes de Galacia de esta manera: "Así que, examine cada uno su obra, y entonces tendrá motivo de orgullo sólo en sí mismo y no en otro" (Gálatas 6:4). Dar lo mejor de ti para beneficiar a otros, provoca que ya no se enfoquen tanto en ti sino en que vean a Dios en tus acciones.


 Y esta es una verdad de la que puedes depender: Cuando usas tus dones, talentos y habilidades con el poder del Espíritu Santo, no importa cómo reaccionan los demás en el momento. ¡Dios aprovechará al  máximo tu esforzado trabajo y tu obra realizada de corazón para que acudan a él!

 
 ORACIÓN:

  Señor, abre nuestros ojos a las oportunidades a nuestro alrededor para hacer algún bien a otros, en el nombre de Jesús, amén.  Dios les bendiga.

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