La cercanía de Dios.

Sant 4:8 acercaos a Dios y él se acercará a vosotros.

 Dios se acercará al verdadero humilde, quien ha buscado por medio de la fe acercarse a Él.

 Una de las promesas más grandes en la Biblia es que Dios responde al humilde y se acerca a él. Tales personas anhelan un acercamiento a Dios por medio del cual pueden conocerle, amarle, aprender Su Palabra, adorarlo, orarle y tener comunión con Él. En resumen, el humilde será un verdadero adorador, aquellos que "adoran al Padre en espíritu y verdad" (Juan 4:23)

 Juan 4:23 concluye con la declaración "porque tales adoradores el Padre busca que le adoren" esto implica fuertemente que Dios quiere tener una relación con el humilde, lo que significa que Él nos  responde. Esta idea del Señor de alcanzarnos y responder ante nuestra humilde obediencia también se encuentra en el Antiguo Testamento, cuando David le dijo a Salomón: "Y tú Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario, porque Jehová escudriña los corazones de todos y entiende todo intento de los pensamientos. Si tú le buscares, lo hallarás, mas si lo dejares, él te desechará para siempre" (1 Cron 28:9)

 El principio del acercamiento de Dios ante el humilde es ilustrado en la parábola de Jesús del hijo pródigo (Lucas 15:11-32) Primero, el hijo pródigo manifiesta humildad y arrepentimiento: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, ya no soy digno de ser llamado tu hijo" (v18-19) Luego, su comportamiento muestra un deseo de acercarse a Dios "él se levantó y vino a su padre" (v20)  Finalmente, vemos la figura de Dios de acercarse a nosotros "mientras él estaba lejos todavía, su padre le vio y sintió compasión por él y corrió y lo abrazó y le besó" (v20)

 Quizá no te encuentres en el mismo predicamento que el hijo pródigo pero experimentarás la misma respuesta de Dios si tú humildemente te acercas a Él en fe y le adoras en espíritu y verdad.

 
ORACIÓN

 Señor, quiero ser un verdadero adorador tuyo, quiero aprender a adorarte en espíritu y en verdad, en el nombre de Jesús, amén.

                                                              Dios le bendiga